Por Lionel Kante
@gastrowise_ar
Falta bastante aún para la Navidad y tampoco es Carnaval pero sin embargo vamos a preparar una confitura italiana que dice presente en todas las reuniones familiares. Festejemos la vida, la familia y la amistad porque sí, porque no es necesario un motivo para ser feliz. Hoy comparto la receta de los struffoli napoletanos.
Celebremos la vida
¡Qué año el 2020! me decía a mí mismo los primeros días de esta semana que pasó al enterarme de una noticia triste y que me agarró completamente desprevenido. Pasada la sorpresa inicial, sobrevino un poco de enojo, y ello dio paso a una reflexión más general: este ha sido uno de los años más raros que nos ha tocado vivir, y por qué no decirlo, uno bastante difícil, durante el cual, los lazos familiares y de amistad han sido puestos a prueba cada vez que no pudimos estar juntos en el mismo lugar.
En estos días pasaron por mi mente muchos recuerdos, de la infancia, de tradiciones y reuniones familiares, de aromas y sabores; me di cuenta entonces que se dibujaba en mi cara una sonrisa de gratitud por esos buenos momentos. Fue así como me propuse recanalizar un poco ese sentimiento y, haciendo algo que me gusta mucho, como es cocinar, rendir tributo a la memoria de la gente linda con la que hemos compartido el camino de la vida.
Si prestamos atención y somos plenamente conscientes, podremos disfrutar a pleno los buenos momentos, y atesorarlos en el alma para aquellas ocasiones donde necesitemos un rayo de luz para seguir adelante.
No conocí en profundidad a la Tía Mariana, es más, no era mi tía, sino que ella pertenecía a la familia de unos vecinos italianos amigos “de toda la vida” de mi familia. Había una relación que se remontaba en el tiempo. Mi hermana, por ejemplo, cuando era chiquita iba a jugar a la casa de la Tía con Claudia, la verdadera sobrina de Mariana. Yo, personalmente recuerdo la algarabía que provocaba en cada reunión familiar multitudinaria su Pasta Melata. Era simplemente un manjar; no por nada todos enloquecíamos y nos pegoteábamos los dedos con miel fuera invierno o verano.
La Pasta Melata y su efecto sobre las personas fue una de las primeras cosas que me hizo reparar en lo linda que es la vocación de cocinar y dar algo de uno a los demás. La receta de hoy es tributo, celebración y recuerdo.
La propuesta
Vamos a preparar unos ricos Struffoli Napoletanos o también conocidos como Cicerchiate o Pignolate. Es una preparación típica de Italia, en Nápoles, Calabria y Sicilia que se consume en carnaval o navidad principalmente, aunque yo no recuerdo reunión familiar fuera de esas fechas en la que no hubiera una gran bandeja de Pasta Melata como yo la conocí.
El nombre puede variar de una región a otra, así que, seguramente cada uno en su familia la conozca con una denominación diferente. Consiste en bolitas de masa fritas que son amalgamadas luego con miel caliente para formar una rosca que se decora con granas de colores, piñones, cerezas marraschino y frutas abrillantadas.
Se puede cortar en porciones, pero generalmente se come con la mano, desprendiendo cada bolita del total del pastel. Parece ser que tiene origen diverso. Algunos dicen que el Struffoli desciende de los “lokoumas” (λουκουμάς) griegos en la época que Parténope (lo que hoy es Nápoles) formaba parte de la Magna Grecia. De hecho, la palabra Struffolo que designa a las bolitas de masa podría derivar de una palabra griega “στρόγγυλος” que significa “de forma redondeada”.
Por su parte la Cicerchiata recibe su nombre por la “cicerchia” que es una legumbre parecida al garbanzo pero de menor tamaño.
Música Maestro y ¡vamos directo a la cocina! Hoy solamente quiero escuchar a Jovanotti, bien arriba para juntar fuerzas y amasar al ritmo de las canciones…
La receta
Ingredientes
400 grs de Harina 0000
40 grs de azúcar común
Pizca de sal
3 huevos grandes
1 Yema
20 cc de vino blanco o licor de anís (Sambuca)
60 grs de manteca derretida
Ralladura de ½ naranja y de ½ limón
C/N de aceite neutro para freír (aprox. 1.2L)
180 grs de miel de abejas
C/N de granas multicolor
C/N de cerezas al marraschino escurridas
Opcional: piñones y fruta abrillantada
Preparación
En un bol grande disponer la harina, la sal y el azúcar en forma de corona.
Colocar en el centro de la corona, los huevos, la yema, el vino o licor, la manteca derretida y las ralladuras.
Ir tomando la masa de a poco hasta unir groseramente. En ese momento bajaremos la masa a la mesada y comenzaremos a amasar hasta tanto el bollo tome una textura tersa y se despegue de la superficie de amasado.
Dejar descansar sobre la mesada por 30 minutos aproximadamente tapado con un repasador apenas húmedo.
Transcurrido el tiempo de descanso, separar porciones de masa del bollo y estirarlas con las manos formando un choricito como si fuéramos a hacer gnocchis.
Cortar el choricito en pequeñas porciones de 1.5 cms de largo y disponer sobre un repasador seco hasta el momento de freir.
Colocar el aceite en una sartén profunda y calentar.
Freír los struffoli en varias tandas de manera de no acumularlos en demasía. Retirar cuando estén levemente dorados y colocarlos en una fuente con papel de cocina para que absorba el exceso de aceite.
Colocar la miel en una cacerola a fuego moderado, cuando rompa hervor incorporar los struffoli y remover con cuchara de madera de manera que se bañen completamente con la miel. En este momento agregar opcionalmente los piñones y la fruta abrillantada picada.
Colocar en una fuente o plato de servicio formando una corona directamente sobre el plato o también puede ponerse en un molde savarín previamente aceitado dejando enfriar para desmoldar luego sobre una fuente.
Rociar con las granas multicolor y decorar con las cerezas y… ¡a la mesa!
Notas
La masa es bastante firme y tiende a secarse en la superficie. No te asustes es normal.
El aceite debe estar super caliente para que queden bien secos.