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La receta del Vin chaud (vino caliente)

Por Lionel Kante

@gastrowise_ar


Hoy preparamos vino caliente para celebrar la vida al abrigo de nuestros hogares con familiares y amigos.


Chin - Chin!


Una tradición que llega desde la antigüedad y que repetimos una y otra vez para materializar los motivos de festejo: el brindis; una explosión de de buenos deseos con el característico sonido de copas que se chocan y el unísono “Salud!”.

De "Juntadas" y largas charlas...

Esta semana mantuve varias reuniones vía Zoom con algunos de mis amigos. De una manera u otra nos las ingeniamos para recrear esas “juntadas” de fin de semana donde largas charlas se alternan con extenuantes carcajadas.

Entre nosotros, esas reuniones son como tocar base nuevamente, como volver a casa luego de un viaje muy largo; podemos charlar las cosas que nos pasan, celebrar las alegrías de algunos como colectivas y a su vez poner el hombro para compartir entre todos la carga de los tragos más amargos que a veces nos depara el destino. Son ocasiones que nos revitalizan, nos reparan y también, por qué no, nos orientan.

Mientras nos reíamos y hablábamos todos a la vez, como ocurre siempre apenas que nos juntamos, caí en la cuenta que tenemos una especie de ritual que otorga identidad a cada encuentro. Lo hacemos en varias oportunidades, casi como si de ello dependiera el inicio, el desarrollo o el cierre del momento que pasamos juntos. Se imaginan qué es lo que hacemos?, brindamos.

Un rito casi tan viejo como el hombre.

Me quedé pensando cuál es el sentido profundo del brindis y por qué es condición “sine qua non” de las celebraciones.

Descubrí entonces, que se ha escrito bastante al respecto y muchos coinciden en que esta tradición se inició en los primeros siglos de nuestra era. En principio, la expresión de buenos deseos viene de la frase en alemán “Bring dir’s” que significa “te lo ofrezco”.

Por otra parte; a lo largo de la historia, las tradiciones y las geografías, el acto de brindar adquirió motivos y características muy diferentes. Los griegos, en sus banquetes ceremoniales brindaban en honor de los dioses y los fallecidos, de ahí que se brindara también “a la Salud” de los vivos, los romanos utilizaban el brindis con el objeto de asesinar a alguien, mientras que los vikingos decían que el vino se disfruta con todos los sentidos menos con el oído y entonces es por ello que entrechocaban las copas.

La versión que llega a nuestros días no está tan anclada en la solemnidad. Siempre que algo sea motivo de alegría levantamos nuestra copa, enunciamos el deseo o la anécdota que da lugar al convite y acto seguido todos confirmamos ese sentimiento común diciendo “Salud!” y chocamos nuestras copas entre risas, gritos y algarabía.



La Propuesta

Esta semana los invito a que preparemos un vino caliente o Vin chaud. Esta bebida consiste en un vino tinto (o blanco) que se infusiona con especias y algún que otro aroma. Podemos tomarlo tanto al final de una comida, junto con algún postre o bien solo si así lo amerita.

Quizá muchos conozcan esta bebida dado que muchas partes de Europa es tradición tomar vin chaud durante la época de Navidad. Algunos lo preparan en sus casas y otros lo compran en los mercados callejeros.

Nosotros no vamos a esperar a Navidad porque hay que aprovechar el clima frío para poder disfrutar las bondades de este vino.

Sin más vueltas, pensemos en un lindo motivo de festejo, no tiene que ser nada excepcional y, ya sea que brindemos con los que están en casa o bien hagamos un zoom con nuestros amigos levantemos nuestras copas y… Salud!.

La Receta

Ingredientes

- 1 botella de vino tinto (750ml). Te aconsejo utilizar un vino tinto joven y ligero. Puede ser Merlot o bien si querés otorgar una nota extra spicy probá usar Tempranillo. No es necesario que sea un vino complejo, o con crianza para que ello no interfiera con las especias.


- 60 a 100 g de azúcar. La cantidad de azúcar depende de tu gusto. Puede ser blanco o rubio.

- 2 ramas de canela.

- 1 estrella de anís.

- 4 clavos de olor.

- 5 vainas de cardamomo.

- 8 a 10 granos de pimienta negra aplastados.

- ½ cdita de jemgibre en polvo o 2 rodajas de jengibre fresco.

- Una punta de cuchillo de nuez moscada rallada.

- Zest de una naranja. El zest se obtiene con un utensilio especial que se denomina “zester” y permite extraer pequeñas tiras de la piel del cítrico sin arrastrar consigo la parte blanca (que otorga sabor amargo). Si no tenés un zester te aconsejo sacar la piel de la naranja, cortarla en tiras y luego con ayuda de un cuchillo bien filoso eliminar toda la parte blanca. No aconsejo que uses ralladura.

OPCIONAL: 2 cucharadas del aguardiente que te guste (cereza, pera u otra) con el fin de aumentar el espíritu de la bebida.

Preparación

  • Colocar el azúcar, las especias (a excepción del anís), el zest de naranja y el vino en una olla de cobre, acero inoxidable, enlozada o con recubrimiento antiadherente. NO utilizar ollas de aluminio o hierro ya que estos metales pueden reaccionar ante la acidez del vino.

  • Llevar la olla a fuego medio revolviendo con cuchara de madera de tanto en tanto. Una vez que rompe hervor verificar la total disolución del azúcar y continuar por 5 minutos más.

  • Bajar el fuego a mínimo, agregar el anís. Llevar nuevamente a hervor por 5 minutos y retirar del fuego.

  • Fuera del fuego opcionalmente se puede agregar el aguardiente de elección.

  • Servir inmediatamente desde la misma olla con cucharón y utilizando un colador para eliminar las especias o bien colar y conservar en un termo hasta el momento de consumo.

Notas

  • Es MUY importante ser cuidadosos con el Anis. Nunca dejar que hierva en la preparación más del tiempo indicado en la receta.

  • Si quedara un remanente, es aconsejable retirar las especias antes de conservar para evitar que los sabores se intensifiquen demasiado pudiendo resultar amargos. La idea es preparar el vino y tomarlo.

  • Llegado el caso, el vino puede recalentarse.

  • Generalmente se sirve en taza o vaso. Podemos decorar con una rama de canela y/o una rodaja bien finita de naranja fresca o deshidratada.

  • Podés acompañarlo con una rica torta galesa, pan de especias, cookies o un rico budín.

  • Tener en cuenta que a pesar de que el alcohol del vino se evaporara un poco durante la cocción, el vin chaud sigue siendo una bebida alcohólica por lo que no es apto para el consumo de los niños.


Si tenés ganas, apropiate de la receta y jugá con algunos ingredientes, por ejemplo:

  • Pimienta negra: Podés reemplazarla por otra pimienta que tengas (rosa, de Jamaica, verde, mix). Siempre en granos aplastados.

  • Zest: Podés reemplazar o combinar el zest de naranjas con mandarina y/o limón.

  • Especias: A muchos no les agrada el clavo así que podés eliminarlo. Lo mismo ocurre con el anís.

  • Azúcar: Podés reemplazarlo por la misma cantidad de miel.

  • Lo único que te aconsejo que no pierdas de vista es que los aromas deben quedar balanceados y no predominar unos por encima de otros como tampoco deben ocultar la fruta del vino.

¡Salud!


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